ENTRADAS

If I were letters, I'd be...: Lucha interna

Aún recuerdo sus aullidos des de a lejanía mientras acechaban el coche. Cada vez a más velocidad. No podía recordar ni una palabra de las que una vez pronunciaste. Solo tenía en la cabeza: huye de ellos. La oscuridad se tragaba la luz en el filo. Cada vez estaban más cerca, más velocidad. No podía ver nada, todo pasaba demasiado deprisa. Sus cuerpos desgarraban el aire con un sonido aterrador. En la noche los oía gritar cada vez más cerca, con más furia. No podía hacer nada. Me atraparon. Todo sucedió a cámara rápida. Des de que era pequeña sabía que me encontrarían, que me lo quitarían todo. La ira creció dentro de mí. Reduje la velocidad, dejé que me envolvieran hasta frenar. Me rodearon. Dejé que me rodearan. Sus cuerpos viscosos y translucidos se mecían con un viento inexistente, la piel blanca cubría su cuerpo como la seda, reflejando las luces de los faros de mi coche, sus ojos negros y vidriosos me observaban amenazantes. Su boca entreabierta en una grotesca sonrisa mostraba unos dientes amarillentos y afilados que los castañeteaban creando un sonido desagradable. Solo tenía una oportunidad. No podía huir por siempre. O cazas o eres cazado.

Arranqué de improvisto forzando los neumáticos. La trayectoria que cree con el coche fue un circulo casi perfecto, llevándome por delante la mayor cantidad posible de esos seres. El estruendo que hacían sus cuerpos al chocar con el capó me atormentaría hasta el fin de mis días. Muchos de ellos se lanzaron contra el coche ferozmente. No hay forma de describir ese sonido. Cuando ya no quedaban en pie, aumenté la velocidad e hice lo última cosa con el coche, ya no me quedaba casi gasolina. Unos cuantos de ellos estaban frente un muro. Estrellé el coche contra ese muro alto para terminar con los últimos. Me quedé aturdida por un momento. Todo daba vueltas a mi alrededor y la cabeza me estaba a punto de estallar y parecía que mi cuerpo estuviera adormecido. Tan solo quería que todo esto terminara. Tuve un momento de flaqueza. ¿Y si me dejaba atrapar? ¿Y si dejaba de huir y me abandonaba en este lugar hostil? El humo que salia del capó me hizo reaccionar. No, no podía abandonar ahora. Había hecho demasiado como para dejarme ir. Salí del coche desorientada. Los cuerpos se amontonaban por todas partes. Los aullidos de más de esos seres viniendo hacia mi  y me sacaron de mi ensoñación. Fui a los asientos traseros del coche, arranqué la alfombrilla y saqué el libro.

Recuerdo correr hacia el mar, casas y árboles en llamas a mi alrededor. Ciega por el miedo y el frío en los huesos. Seguí el río esperando encontrar el final. La luz de la luna se entremezclaba con la de las llamas en las arremolinadas aguas. Caí de rodillas en la arena, exhausta. Sus pasos me asechaban. Me arrastré hasta la orilla, dejé que el agua salada fluyera en mí. Agarré fuerte el libro con las manos contra mi pecho. Dije adiós en la oscuridad y me sumergí. Cerré los ojos y fui liberada por la oscuridad. Me dejé abrazar por ella y nadé hacia mi hogar.

Me sentía viva de nuevo.

2 comentarios:

Paloma N dijo...

Acabas de dejar una clara prueba de que la oscuridad no es mala. Todo es relativo. Todos en algún momento nos sentimos rescatados por ella. Y como ya bien dices, viva de nuevo.

Un fuerte abrazo, te leo.

Barman dijo...

¡Muchas gracias por tu comentario!
Si no te molesta me pasaré por tu blog, ¡un abrazo!

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